Concepto ligado a las tres erres, acuñado por primera vez a principios de los años 80 del siglo pasado y popularizado desde principios del siglo XXI, que explica un sistema donde las interacciones con el medio ambiente y la economía estén aclimatadas y los ciclos productivos estén adecuados a los propios ciclos de la naturaleza. Esta concepción de los procesos lleva a unos esquemas productivos más sostenibles, en los que los residuos de los procesos se convierten, una vez reciclados, en nuevos recursos para los procesos.