También conocido como GLP o autogás, se trata de un combustible fósil: es una mezcla de propano y butano. Al igual que el gas natural comprimido (GNC) su uso principal es la automoción. Además de su composición, la principal diferencia entre ambos gases es su forma de uso como combustible, ya que el GNC se transporta y almacena en estado gaseoso y a muy altas presiones (entre 200-500 bares) y el GLP en estado líquido, a baja temperatura.