HIDRÓGENO

2021: un resumen del año del hidrógeno, y próximos hitos de 2022

PRIMERA PARTE

El pasado año 2021 fue excepcional para el hidrógeno renovable: tanto en las estrategias internacionales, europeas, nacionales y regionales, como en el despliegue de fondos y proyectos en torno a este vector.
En primer lugar, cabe recordar que el hidrógeno no es una fuente de energía, sino un vector capaz de almacenar energía para, posteriormente, liberarla de forma gradual y controlada. Cuando se emplean energías renovables en su fabricación, el producto resultante es considerado hidrógeno renovable (a veces, llamado “verde”), y no solo incentivará el desarrollo de cadenas de valor industriales -que sin duda generarán actividad económica- sino que también contribuirá a impulsar una economía verde de alto valor añadido que se presenta como potencia en la reactivación mundial de muchos sectores tras el Covid-19. Este vector, identificado en numerosas Hojas de Ruta y Estrategias de distintos países a lo largo del globo como una solución sostenible clave para la descarbonización, se señala como una de las palancas indispensables para un despliegue renovable en el que los cuatro sectores fundamentales estén contemplados: residencial, industrial, movilidad y almacenamiento energético.

El hidrógeno en el mundo durante 2021

Con visión internacional, Japón capturó todas las miradas con los Juegos Olímpicos, donde el hidrógeno tuvo un papel fundamental desde el encendido del pebetero, pasando por el combustible de vehículos FCEV y con villas funcionales gracias a este vector. China anunció numerosos proyectos de hidrógeno para los Juegos Olímpicos de Invierno de 2022, además de la mayor planta de producción del mundo a partir de energía solar. El consorcio Reliance industries, la mayor empresa india del sector privado y de la lista Fortune 500, liderado por el empresario más rico de Asia (Mukesh Ambani), anunció una inversión de más de 80.000 millones de dólares en proyectos ecológicos para lograr la meta de cero emisiones de carbono en 2035, en los que el hidrógeno renovable cuenta con un rol protagonista. Y, por su parte, marcas como la japonesa Toyota y la surcoreana Hyundai han anunciado la apertura de laboratorios en china para investigar las tecnologías limpias e incluso el cierre de su división de I+D de motores de combustión interna, respectivamente.

En el continente americano, Canadá anunció a finales de año el desarrollo de aviación cero emisiones (recordemos que el transporte aéreo supone el 3% de los gases efecto invernadero a nivel mundial). Estados Unidos dio la bienvenida al proyecto de H2B2 en California denominado SoHyCal para la descarbonización del Valle de San Joaquín, y países de la geografía sur como Colombia o Panamá anunciaban en eventos tan relevantes como la COP26 sus Hojas de Ruta de Hidrógeno. Otros países como Costa Rica consolidaban en este evento el Plan Nacional de Descarbonización junto con la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), que cuenta con más de 1.000 millones de dólares para este tipo de proyectos en todo el mundo. En África, Mauritania anunció uno de los mayores proyectos de hidrógeno verde en el continente (denominado Nour, y que producirá hasta 10 GW de energía limpia). En Marruecos, a pesar de su ruptura diplomática con Alemania tras la firma del MoU entre Rabat-Berlín para el desarrollo de hidrógeno renovable, se creaba en marzo de 2021 el Clúster nacional de hidrógeno verde “Green H2 Maroc” para trabajar impulsar el país como hub regional para la exportación y producción de este vector.

En Oceanía, Australia hizo público su plan de tener la mayor planta de hidrógeno verde del planeta generado por energía eólica y con capacidad de producir 3,5 millones de toneladas al año, además de contar ya en junio con 35 proyectos de hidrógeno verde con una capacidad de 38GW. También es reseñable la inversión de 8.400 millones de la australiana Fortescue Future Industries para producir hidrógeno verde en Argentina, y que generará 50.000 puestos de trabajo, además de otras inversiones en Brasil. Por su parte, Nueva Zelanda daba la bienvenida en diciembre a la producción de la primera planta de hidrógeno verde del país.

El papel de Europa durante 2021

Si acotamos el espectro al quinto continente, Europa cerraba el año 2020 con los detalles de un ambicioso plan para que el hidrógeno verde se convirtiera en la piedra angular de la transición energética a lo largo de los próximos años. Y en 2021, la Comisión ratificaba sus primeros pasos con la adaptación de la legislación europea a los objetivos climáticos con las medidas del paquete Fit for 55, con la firma de manifiestos europeos a favor del hidrógeno promovidos por la European Clean Hydrogen Alliance -en el que H2B2 figuró como primer participante español– y finalmente con la liberación de los tan ansiados fondos Next Generation Europe, de los que nuestro país recibía 10.000 millones del primer tramo a finales de año.

La Comisión Europea ha trasladado en numerosas ocasiones a los distintos países miembros que para que la producción de hidrógeno contribuya significativamente a los objetivos de descarbonización fijados a 30 años es fundamental que la producción de hidrógeno renovable se incremente, mediante el desarrollo de tecnologías que lo permitan. Para ello, cada Estado de la UE ha desarrollado sus propios planes nacionales integrados de energía y clima (PNIEC), que han sido enviados a Bruselas para su aprobación, muchas veces junto a la correspondiente hoja de Ruta del Hidrógeno. En el caso de España, su versión final vio la luz en Consejo de Ministros en octubre de 2020. Y tan solo unas semanas antes de que acabara el 2021, el PERTE de Energías Renovables, Hidrógeno y Almacenamiento (ERHA) quedó aprobado.

Cierre de año del hidrógeno en España

Así, a partir de la presentación del PNIEC nacional, surgieron diferentes documentos que subrayaron el papel fundamental del hidrógeno en la descarbonización, destacando el Proyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética, la Estrategia de Descarbonización a Largo Plazo 2050, el Borrador de la Estrategia de Almacenamiento Energético y, sobre todo, la Hoja de Ruta del Hidrógeno.

En lo que concierne a España, cabe destacar que la Hoja de Ruta Española del Hidrógeno contemplaba ya en octubre de 2020 4GW de electrolizadores alimentados por energías renovables para el año 2030, tan solo a 10 años vista y con un hito intermedio de 300-600 MW para 2024, lo que daba paso y fue antesala del PERTE de energías renovables, hidrógeno renovable y almacenamiento (ERHA) para coronar el mes de diciembre. Resulta fundamental señalar que el 40% de las inversiones del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia estarán dedicadas a la transición ecológica y este mismo Ministerio señala que la aplicación de las medidas contenidas en el PERTE cree más de 280.000 puestos de trabajo. Como reflejo de la apuesta por el hidrógeno, cabe mencionar que la Asociación Española del Hidrógeno firmó en 2021 siete acuerdos bilaterales de cooperación con otros países y duplicó, durante ese mismo año, su número de socios.

En el ámbito regional, el año pasado se llevaron a cabo presentaciones de planes estratégicos por parte de numerosas comunidades autónomas en los que el hidrógeno tiene un papel protagonista en materia de descarbonización, recuperación económica y generación de riqueza. Durante 2021, diversas empresas, centros de investigación, asociaciones e instituciones públicas unieron sus fuerzas para avanzar en los valles o clústeres del hidrógeno. No en balde el Gobierno estudia para este 2022 un nuevo PERTE dedicado exclusivamente a la descarbonización industrial tras haber recibido proyectos por más de 1.600 millones de euros, y que supondría el 8º PERTE del ejecutivo.

Sin duda alguna, el año 2021 ha sido un momento histórico para el hidrógeno a nivel internacional y nacional, sentando unas sólidas bases y una apuesta decidida por el vector energético que contribuirá a la descarbonización del planeta en los próximos años.