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Introducción
Con el Green Deal y la recuperación post-Covid, Europa está apostando fuerte por las energías renovables y la sostenibilidad. Dentro de este ambicioso plan, el llamado «hidrógeno verde» juega un papel destacado, como puede verse de las distintas manifestaciones de los responsables europeos.
Europa, sin embargo, en una «Economía del Hidrógeno», tendría que ser importadora de este hidrógeno verde, dado que en el Norte de Europa no tendrían potencial renovable suficiente como para producir todo el hidrógeno limpio que demandarían. Es por ello que, frente a la importación, miran otras alternativas, como es el hidrógeno producido en alta mar, u «off-shore».
De hecho, en el Norte de Europa, la energía eólica off-shore está demostrando un potencial suficiente para proporcionar grandes cantidades de energía limpia a un coste de generación muy competitivo, en el entorno de 55 Euros/MWh.
Más aún, la producción de hidrógeno a partir de la energía eólica off-shore podría proporcionar otros beneficios, incluida una mayor seguridad energética y una menor volatilidad de los precios de este gas, dado el elevado número de horas de disponibilidad del recurso eólico. Y, por supuesto, supondría una segunda vida «renovable» para las plataformas petrolíferas en alta mar.
La producción de hidrógeno off-shore se basa, evidentemente, en la electrólisis de agua de mar desalada, empleando para ello electrolizadores susceptibles de ser conectados a fuentes de energía renovable, como es la eólica; todo el proceso, se lleva a cabo en una plataforma marina, y el hidrógeno producido es evacuado por barco o mediante ductos, hasta la costa.
Dos propuestas clave
Continuando con la oportunidad que supone para el Norte de Europa, merece la pena destacar dos ejemplos, las propuestas de TNO y Shell/Gasunie:
La plataforma de petróleo y gas Q13a de Neptune Energy, ubicada a más de 10 km de la costa de La Haya, albergará una planta que producirá hidrógeno verde a partir de electricidad renovable, procedente de eólica y fotovoltaica. La planta piloto, que se construirá en la citada plataforma, tendrá una capacidad de 1 MW, y tiene prevista su entrada en funcionamiento para el año que viene.
Shell y Gasunie presentaron en febrero sus planes para lo un gran proyecto de hidrógeno verde en los Países Bajos, alimentado mediante 10GW de energía eólica off-shore en el Mar del Norte. El proyecto, denominado NortH2, planea conectar las plataformas con los puertos marítimos de Groningen. El inicio de la producción de hidrógeno está previsto para 2027, empleando un parque inicial de 3-4 GW de turbinas eólicas en alta mar. El parque eólico off-shore irá creciendo, hasta alcanzar los 10GW en 2040, con una producción de 800.000 toneladas anuales de hidrógeno verde, según el consorcio.
Otro país que merece la pena analizar en este ámbito es, sin duda alguna, Japón. La isla importa actualmente, por barco, el gas natural que consume. Es por ello que mira la producción de hidrógeno off-shore como una alternativa sostenible y estratégica. Su estrategia, denominada «Jidai» («nueva era», en japonés), contempla para 2030 un parque eólico off-shore de 500 MW con electrolizadores a 30 km del sur de la Costa de Hokkaido y una producción de hidrógeno evacuada mediante barcos hasta el puerto de Kobe. El gobierno japonés analiza en detalle tres aspectos clave: el propio parque eólico, los electrolizadores y el transporte de hidrógeno a la costa, y esperan que, en un futuro próximo, el decremento de los costes gracias a la curva de la experiencia les permita alcanzar su visión de sostenibilidad energética.
Conclusión
Hemos visto que la producción de hidrógeno a partir de energía eólica off-shore viene de la mano de innumerables beneficios. Sin duda alguna, ganar en seguridad energética y reducir la volatilidad de los precios de este gas puede provocar que, en la próxima década, seamos testigos de un significativo aumento de estas iniciativas, que lograrán que el hidrógeno verde, poco a poco, normalice su presencia entre nosotros.
