Países en vías de desarrollo económico
Descarbonización,  Emprendimiento,  HIDRÓGENO

Los países en vías de desarrollo económico optan por el hidrógeno

Cada ves mas países en vías de desarrollo económico optan por el uso de hidrógeno. En Sudáfrica, el Ministro de Ciencia y Tecnología Mmamoloko Kubayi-Ngubane inauguraba un sistema de pila de combustible alimentada con hidrógeno en Poelano High, una escuela rural de Goedgevonden (Ventersdorp), en el noroeste del país. 

Este sistema, de 2’5 kW de potencia, permite el acceso de la escuela a sistemas de información. Es decir conectándola incluso en las habituales condiciones desfavorables de energía eléctrica; el sistema, incluso, está diseñado para convertirse en el sistema primario de energía de la escuela en caso de necesidad.

En el distrito de Kyenjojo (Uganda), tres pueblos (Kyaburyezibwa, Mukiti y Nyamicu) accederán por vez primera a la energía eléctrica gracias a un sistema fotovoltaico con almacenamiento en hidrógeno.

Esto es una verdadera revolución industrial, el sistema alimentará cerca de 300 hogares y varios comercios de la zona. El sistema es muy similar al empleado en la Universidad Mountain of the Moon (MMU) en Fort Portal, donde se emplea para alimentar la radio de dicha universidad; antes de usarse este sistema, la radio se veía continuamente afectada por los apagones.

El hidrógeno como alternativa a la falta de energía eléctrica

Actualmente, más del 10% de la población mundial no tiene acceso a energía eléctrica dado el nivel de desarrollo de sus países. Esto es aún más grave en determinados países africanos, o asiáticos, donde éste acceso a la electricidad está limitado a menos del 50% de la población. Como cabe esperar, esta dificultad de acceso se concentra especialmente en comunidades rurales y en áreas de extrema pobreza, empeorando más la situación.

Esta falta de acceso a la energía no solo se limita a la energía eléctrica; hablamos de un difícil acceso al combustible para transporte, para cocinar o para iluminar y calentar los hospitales que dan servicio a la población que lo necesita. En muchos entornos, son necesarias largas colas para acceder a una cantidad mínima de combustible, y las redes eléctricas, en muchas partes del mundo, son aún limitadas.

Las energías renovables en los países en vías de desarrollo

Todo ello, hace que las energías renovables, entre las que destaca la fotovoltaica, se conviertan en una alternativa para el suministro de energía eléctrica; pero, por sí sola, esta fuente de energía no viene a resolver todos los problemas citados. Es ahí donde aparece el vector hidrógeno. El hidrógeno y, en concreto, el producido mediante electrólisis del agua, viene a proporcionar un combustible fácil de producir de un modo distribuido, en aquellas localizaciones donde se necesite.

El hidrógeno ayuda a la tasa de crecimiento de los pueblos

Este hidrógeno se puede utilizar, por ejemplo, para cocinar en las casas. Es cierto que requiere de una infraestructura mayor que otros combustibles (por ejemplo, requiere de una cocina con quemadores, que no se requiere en el caso de la madera como combustible), pero puede ser un buen sustituto a determinados combustibles más complicados de conseguir.

Por otra parte, el uso del hidrógeno evita la producción de inquemados, como el monóxido de carbono, de gran peligro en cocinas y estufas en pequeños recintos cerrados, donde se suele producir la combustión en los humildes hogares de los que hablamos.

La producción de hidrógeno mediante electrólisis en hospitales lleva consigo también, obviamente, la producción de oxígeno, gas de extrema utilidad en estos edificios singulares, y difícil de conseguir en ámbitos remotos rurales. Aquí hay otra ventaja obvia del uso de hidrógeno.

Ventajas de su uso

El hidrógeno, puede ser utilizarlo, además, como medio de almacenamiento y gestión de energía renovable cuando ésta no está disponible; es decir, puede almacenarse por periodos de tiempo largos, donde no alcanzan las baterías. Esto es especialmente útil cuando hay que almacenar energía para, por ejemplo, una determinada época del año, en la que la climatología complica la disponibilidad de energía fotovoltaica.

El hidrógeno puede ser también una manera de propulsar determinados vehículos, como motocicletas o camionetas, que permitan a la población, sin acceso a combustibles fósiles, moverse por los alrededores de un modo sencillo.

Desde el punto de vista de la oportunidad de desarrollo futuro, el hidrógeno renovable puede aumentar el grado de riqueza y de independencia de determinadas comunidades, lo que va a redundar en una mayor confianza en sí mismas, y en una capacidad de autodesarrollo local.

El hidrógeno, por otra parte, es un combustible limpio y sostenible, desde el punto de vista medioambiental. Esto también es bueno para países en desarrollo, en los que el acceso a combustibles convencionales de baja calidad les lleva a unos niveles de emisiones nocivos para su salud.

El hidrógeno tiene la ventaja de estar estrechamente ligado a la energía eléctrica, gracias a los electrolizadores. Los electrizadores transforman la energía eléctrica en hidrógeno, y a las pilas de combustible (que transforman el hidrógeno, de nuevo, en electricidad).

Podría argumentarse que la infraestructura necesaria para el hidrógeno conlleva un alto coste económico. No obstante, hablamos de geografías y de entornos en los que el litro de combustible diésel, para hacer funcionar un generador eléctrico o un autobús, tiene un coste varias veces superior al de las grandes ciudades de países fuertemente industrializados.

Una ventaja más del hidrógeno, comparado con otros sistemas de gestión energética, y con otros vectores energéticos, es su modularidad. Podemos tener sistemas, tanto de producción de hidrógeno como de pila de combustible, desde vatios hasta de megavatios, pasando por kilovatios. Ello hace que se pueden adaptar las soluciones tanto a niveles domésticos como a niveles de comunidades.

La descentralización de los sistemas de producción de energía como beneficio

No cabe duda de que una de las características fundamentales de los nuevos sistemas energéticos es la descentralización. Es decir, la deslocalización de los sistemas de producción de energía.

Para las poblaciones en desarrollo, constituye un beneficio, dado que no dependerán de una infraestructura que nunca les acaba de llegar. La utilización del hidrógeno como un vector energético fuertemente ligado a las energías renovables es, sin duda alguna, una oportunidad que se abre para estas regiones.