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HIDRÓGENO

Breve historia del hidrógeno; de su descubrimiento a la “Economía del Hidrógeno”

El hidrógeno ha sido objeto de fascinación y estudio a lo largo de la historia reciente. Su descubrimiento y evolución como un elemento clave en la ciencia y la tecnología moderna es un relato apasionante, que nos lleva desde los primeros intentos de comprenderlo hasta su papel crucial en un modelo energético sostenible, cada vez más relevante.

Aunque el hidrógeno es el elemento más abundante en el universo, no se le dio un nombre hasta el siglo XVIII. Su historia comienza con Robert Boyle, un científico británico del siglo XVII, quien experimentó con ácidos y metales y notó la producción de gases inflamables, uno de los cuales era el hidrógeno. Sin embargo, este gas no fue comprendido por completo hasta el siglo XVIII.

Fue Antoine Lavoisier, conocido como “el padre de la química moderna”, quien acuñó el término «hidrógeno» en 1783, en su obra «Tratado Elemental de Química». Lavoisier reconoció que este gas, que emite una llama al quemarse en presencia de oxígeno, era un elemento fundamental, y uno de los componentes de la molécula de agua (de ahí su nombre). Su trabajo allanó el camino para una comprensión más profunda de la química del hidrógeno.

A medida que avanzaba el siglo XIX, los científicos comenzaron a comprender mejor las propiedades y el comportamiento del hidrógeno. En 1800, el científico británico Sir Humphry Davy aisló el hidrógeno gaseoso puro utilizando electrolisis. Posteriormente, en 1806, el químico italiano Luigi Galvani descubrió la capacidad del hidrógeno para formar una mezcla explosiva con el oxígeno.

Sin embargo, uno de los hitos más notables en la historia del hidrógeno fue el descubrimiento de su papel en el proceso de fotosíntesis por el químico alemán Julius Robert Mayer en 1845. Mayer observó que las plantas convertían la luz solar en energía química al descomponer el agua en hidrógeno y oxígeno. Este hallazgo sienta las bases para nuestra comprensión actual de la conversión de energía y su uso en aplicaciones prácticas.

Por aquella época, el hidrógeno también hizo su debut en la literatura gracias al famoso autor francés Julio Verne. En su novela «La Isla Misteriosa», publicada en 1875, uno de los protagonistas, Cyrus Smith, aventura que el agua, separada en sus componentes, oxigeno e hidrogeno, será una fuente inagotable de energía.

El siglo XX vio avances significativos en la comprensión y aplicación del hidrógeno. Durante la Segunda Guerra Mundial, el hidrógeno se utilizó en dirigibles y globos para fines de reconocimiento y transporte.

A lo largo del del siglo XX, el hidrógeno ha ido encontrando aplicaciones en la industria química, como combustible para cohetes y en la producción de energía eléctrica. En las últimas décadas, ha surgido como un vector energético prometedor, en la búsqueda de alternativas sostenibles a los combustibles fósiles. En particular, el hidrógeno verde, producido mediante electrólisis alimentada por energía renovable, se ha destacado como una opción respetuosa con el medio ambiente, que garantiza la seguridad del suministro, y que puede llegar a ser competitivo en coste.

Así, llegamos a un concepto que, acuñado en los años 70 del siglo pasado, ha ido ganando importancia en los últimos años: «Economía del Hidrógeno». Esta idea se refiere a una infraestructura y una economía basadas en el uso generalizado del hidrógeno como combustible y gestor de energía, planteada como alternativa al actual modelo económico basado en el uso de combustibles fósiles.

Aparte de que puede ser producido de un modo limpio y sostenible, otra de las principales ventajas del hidrógeno es que su combustión no emite dióxido de carbono, lo que lo convierte en un portador sostenible de energía limpia. En este contexto, el hidrógeno se utiliza en aplicaciones que van desde la movilidad, hasta el sector residencial, el industrial, o el almacenamiento de energía.

En resumen, el hidrógeno ha recorrido un largo camino desde su descubrimiento en el siglo XVIII. Desde su aparición en la literatura de Julio Verne, hasta su papel en la actual «Economía del Hidrógeno», este elemento ha demostrado su versatilidad y su capacidad para revolucionar la forma en que almacenamos, gestionamos y utilizamos la energía. A medida que avanzamos hacia un futuro más sostenible, el hidrógeno desempeñará un papel fundamental en la transición hacia fuentes de energía más limpias y eficientes.