Las energías renovables
Transición energética

Las energías renovables

Punto de partida

Al ser un tema tan amplio, para abordar este artículo revisaremos conceptos generales que giran entorno a este tipo de energías. Comenzamos con una definición de las mismas: las energías renovables son todas aquellas que se obtienen de una fuente de origen natural, limpio e inagotable, siendo su origen (denominado como recurso energético renovable) capaz de regenerarse de manera natural. El viento, el sol o el agua son solo algunos ejemplos de los recursos que la naturaleza pone a nuestra disposición para contribuir a la descarbonización del planeta. Y cada vez son una parte más relevante de la generación de energía, ya que sus beneficios son más que evidentes.

A diferencia de las energías no renovables – aquellas formadas por fuentes de energía que, si bien se encuentran la naturaleza, son finitas y su método de extracción contaminante- las energías renovables presentan un bajísimo impacto negativo sobre el medio ambiente, por lo que son consideradas energías limpias. Otra de sus numerosas ventajas es que permiten reducir la dependencia de grandes países que son potencias energéticas, así como la creación de nuevos puestos de trabajo, la reducción de costes de producción energética y el desarrollo de la economía nacional y local, como podremos ver en el apartado 3, en el caso de nuestro país.

Tipos de energías renovables

A pesar de existir muchos subgrupos, los principales tipos de energías renovables son:

– Hidroeléctrica

También conocida como energía hídrica o hidroenergía, es aquella que se obtiene del aprovechamiento de la energía cinética y energía potencial de las corrientes y saltos de agua, al transformarlas en energía eléctrica.

– Eólica

La energía eólica se genera por la acción del viento, transformando la energía cinética en energía eléctrica mediante aerogeneradores. Además, permite aprovechar la energía térmica presente en el aire a través de sistemas de aerotermia.

– Solar

La energía solar se obtiene a partir del aprovechamiento de la radiación electromagnética procedente del sol. Para que nos hagamos una idea de la potencia de ésta, la cantidad de energía que vierte diariamente el sol sobre la Tierra es diez mil veces mayor que la que se consume al día en todo el planeta.

– Oceánicas

Las energías oceánicas son todas aquellas que tienen como origen el mar, excluyendo únicamente la eólica off-shore. Con ello, hablaríamos de energía mareomotriz, undimotriz, gradiente salino, maremotérmica y de las corrientes marinas.

– Geotérmica

La energía geotérmica se obtiene a través del aprovechamiento del calor del subsuelo. Presenta la ventaja de no depender del clima, por lo que su disponibilidad es inmediata y constante. Su uso más extendido es el de calefacción y refrigeración.

Biomasa

Por último, la biomasa es una energía renovable que proviene de materia orgánica e inorgánica originada en un proceso biológico, espontáneo o provocado, de las sustancias que constituyen los seres vivos, o sus restos y residuos.

Energías renovables en España

Es importante destacar que, históricamente, las energías renovables en nuestro país han ocupado un papel secundario en cuanto a producción energética se refiere, muy por detrás de las no renovables. Sin embargo, en la actualidad se están desarrollando planes y actuaciones para impulsar y extender su uso.

Entre 1990 y 2018, la mayor fuente de energía renovable en España ha sido la biomasa y los residuos sólidos urbanos (RSU), seguido en los últimos años de la eólica y solar y, por último, la hidroeléctrica. Ésta, a pesar de que en el año 2010 se encontraba al alza, frenó su desarrollo. Sin embargo, las condiciones climáticas del territorio español son favorables para la energía solar y la energía eólica, lo que les ha permitido pasar a ocupar un papel destacado dentro de la producción energética renovable.

Después de un notable descenso hasta 2015, la instalación de energía solar y eólica volvió a tomar fuerza los años siguientes para, a finales del 2019, batir el récord de nueva potencia instalada: 6.297 megavatios de potencia renovable, alcanzando el máximo de capacidad de generación total (renovable y no renovable) jamás registrado (110.000 MW). Y este buen dato choca con el siguiente: las tecnologías renovables aportaron el 36,8% de la generación total, dos puntos por debajo de 2018. El porqué es sencillo: la hidráulica generó más de 4 puntos menos que el mix de 2018, sumado a que las energías renovables dependen de fuentes variables según la climatología, y fue un año de sequías muy acuciado.

Las previsiones para 2020 son más optimistas: muchas de las nuevas instalaciones fotovoltaicas de 2019 (por las que volvimos a recuperar el liderazgo en energía solar 11 años después) se instalaron a finales del año pasado, por lo que podremos ver los nuevos datos reflejados este año 2020.

Según datos de los últimos dos años, nuestro país se encuentra en la sexta posición en la clasificación de las naciones más ecológicas del mundo, por detrás de Finlandia, Suecia, Islandia, Dinamarca y Eslovenia. España cuenta con el potencial renovable suficiente para abastecer la demanda eléctrica peninsular más de 55 veces para 2050. Además, implementar un modelo energético basado en las energías renovables supondría un ahorro de 200.000 millones de euros de media al año.

Por eso, proyectos como el Plan Juncker, diseñado para relanzar la inversión de Europa, y noticias como las que se hicieron públicas el pasado verano en las que supimos que el BEI (Banco Europeo de Inversiones) invertiría 385 millones de euros para contribuir a la instalación de 21 parques eólicos en nuestro país y que generarán la energía suficiente para abastecer 360.000 hogares, son las piedras angulares de un futuro hacia la descarbonización.

Y no solo eso: tal y como comentábamos en la introducción, el desarrollo de las energías renovables va intrínsecamente ligado con la creación de puestos de trabajo, y esta inyección del BEI lo corrobora: para la fase de construcción de esas plantas se contratarán a 1.900 personas, además de las 170 para la fase de operación.

La energía renovable no solo cuida del planeta, sino que garantiza un presente más limpio y un futuro sostenible. El compromiso con las energías renovables es crucial para afrontar el cambio y panorama climático que se nos presenta este siglo.