Descarbonización,  HIDRÓGENO

Por qué el hidrógeno verde va a ser clave en la lucha contra el cambio climático

La temperatura del planeta aumenta día a día; el grupo de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) lleva advirtiéndolo desde hace tiempo. Según el informe presentado por la Organización Meteorológica Mundial (OMM), si no se pone solución a esta problemática, la temperatura de la tierra podría aumentar hasta 2ºC en 2024. El Acuerdo de París, firmado por los principales países del mundo, establece que el aumento de temperatura no debería superar los 1’5ºC.

Sin embargo, los científicos señalan que este incremento de temperatura puede reducirse si se toman medidas urgentes, que podrían revertir el cambio climático. Este hecho ha impulsado medidas de transición energética como las que ha impulsado la Comisión Europea en el Green Deal y en el plan #RePowerEU, que reconocen la importancia de las energías renovables como una herramienta fundamental para avanzar hacia las cero emisiones.

Por sus singularidades, la energía es uno de los sectores que más trabajo tiene que recorrer en este sentido, pero también uno de los que ofrece más posibilidades. Entre los objetivos de la Unión Europea para descarbonizar toda la cadena de valor, se encuentra la necesidad de adaptar las redes de distribución de energía, en las que se apoya la sustitución de las fuentes de energía convencionales. Es aquí donde el hidrógeno verde se ha posicionado como una alternativa crucial, al producirse con energía de origen renovable.

El potencial del hidrógeno en la lucha contra el cambio climático se debe a varios factores. En primer lugar, su uso como combustible no produce CO2; por otro lado, puede emplearse en diferentes ámbitos, como el industrial, el residencial o el transporte; además, por su morfología, permite su inyección en infraestructuras ya existentes, hasta un cierto punto. Y por último, su alta densidad energética lo convierte en una fuente óptima para el transporte pesado.

Esta versatilidad del hidrógeno ha llevado a los expertos a considerar este recurso como un importante aliado para descarbonizar numerosos sectores, por lo que la demanda aumenta de forma diaria. Tanto es así que España elaboró en 2020 la Hoja de Ruta del Hidrógeno, que actualizará cada tres años los avances y nuevas necesidades del mercado, así como la cuantificación de su impacto.

Entre los procesos de producción de hidrógeno verde destaca, sin duda alguna, la electrólisis; este proceso consiste en la disociación de la molécula de agua (H2O) en oxigeno (O2) e hidrógeno (H2), mediante la aplicación de una corriente eléctrica. El proceso se lleva a cabo en un dispositivo denominado “electrolizador”. La electrólisis permite la producción de hidrógeno verde cuando el origen de la energía eléctrica empleada es renovable.

Por otro lado, la electrólisis ofrece una ventaja evidente desde el punto de vista del almacenamiento, ya que pueden producir el hidrógeno cuando haya excedente eléctrico y almacenarlo para su uso posterior, lo que deriva en una gestión mucho más eficiente de los recursos.

Finalmente, el hidrógeno que producen los electrolizadores resulta óptimo para su aplicación en las pilas de combustible, dispositivos que transforman directamente la energía química del hidrógeno en energía eléctrica, de una manera altamente eficiente.

Conclusiones

El hidrógeno verde es el vector del futuro y la punta de lanza que ha elegido la Unión Europea para lograr los objetivos de descarbonización y transición energética para 2030, 2050 y generaciones posteriores. Es, además, un vector energético sólido, sostenible y caracterizado por su idoneidad para sustituir a otros combustibles en numerosos sectores productivos.

Prueba de ello es el anuncio de la Comisión Europea de la creación de un proyecto importante de interés común europeo (IPCEI) destinado específicamente al hidrógeno, donde se desplegará una partida de 5.400 millones de euros para apoyar la investigación e innovación y la primera utilización industrial en la cadena de valor de la tecnología del hidrógeno.

El proyecto, llamado IPCEI Hy2Tech, ha sido preparado y notificado conjuntamente por 15 Estados miembros: Alemania, Austria, Bélgica, Chequia, Dinamarca, Eslovaquia, España, Estonia, Finlandia, Francia, Grecia, Italia, Países Bajos, Polonia y Portugal. En él, participan 41 proyectos de 35 empresas, 4 de ellas españolas, con actividades en uno o más países de la UE.

Una de estas empresas seleccionadas es H2B2, que con su proyecto “Tecnopropia” se posiciona como gran actor europeo del hidrógeno al validar su plan de I+D, aspecto importante evaluado en el marco del proyecto europeo.

Dentro de las posibilidades de producción de hidrógeno verde, los electrolizadores se revelan como la opción más eficiente gracias a su proceso de fabricación, su nulo impacto ambiental y su fácil transporte y despliegue, lo que les posiciona como una herramienta útil para revertir los efectos nocivos del cambio climático que ya están dejando ver sus consecuencias más nocivas de las últimas décadas.